El lobo Mexicano
Akbal, el rostro del lobo mexicano
En la cultura maya, Akbal significa “noche”, un nombre que refleja el misterio y la fuerza silenciosa de este lobo mexicano. Su mirada intensa y su pelaje bicolor —una mezcla de grises, ocres y negros— lo convierten en un símbolo de elegancia salvaje y adaptación.
El lobo mexicano (Canis lupus baileyi) es la subespecie más pequeña del lobo gris norteamericano. Mide entre 1.3 y 1.6 metros de largo, con una altura al hombro de 60 a 80 cm, y un peso que rara vez supera los 35 kilos. A pesar de su tamaño, es ágil, resistente y capaz de recorrer más de 30 kilómetros en una sola jornada en busca de alimento o para patrullar su territorio.
Su pelaje denso y multicolor actúa como camuflaje natural entre los bosques y pastizales del norte de México. Las orejas erguidas captan hasta el más leve sonido, y su olfato —entre los más desarrollados del reino animal— le permite detectar presas a kilómetros de distancia.
La mirada penetrante, dorada y fija, es una de sus características más distintivas: comunica atención, jerarquía y una inteligencia social notable.
Cada rasgo en Akbal habla de supervivencia. Su cuerpo está hecho para la caza, la cooperación y la vida en manada. En él habita la herencia de miles de años de evolución y la esperanza de una especie que, poco a poco, recupera su lugar en el paisaje mexicano.
Fotografía de Rubén Martínez , tomada en el Santuario Extinción Cero.
Sigue recorriendo la exposición y descubre cómo cada lobo, con su forma y carácter únicos, cuenta una historia de fortaleza y equilibrio natural.
Admirar es el primer paso, actuar es el siguiente.
Apoya al Santuario Extinción Cero adquiriendo esta fotografía o donando para que los lobos sigan viviendo en libertad


