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El lobo Mexicano

Donde los lobos encuentran descanso

En estas imágenes aparecen Raksha y Frida, dos lobas que encontraron en el santuario un hogar donde vivir con dignidad sus últimos años. Frida, (a la derecha) ya fallecida, fue una de las lobas más longevas bajo cuidado humano en México. A su lado, Raksha continúa recordándonos que cada vida cuenta.
 

El Santuario Extinción Cero no solo alberga ejemplares jóvenes o destinados a la reproducción. También ofrece cuidado especializado a lobos geriátricos (viejitos), heridos o con condiciones que les impiden ser liberados. Aquí reciben atención médica, alimentación adecuada y un entorno tranquilo donde pueden comportarse como lo que son: lobos.
 

Estos espacios son esenciales dentro del Programa Binacional de Recuperación del Lobo Mexicano, porque permiten conservar su genética, mantener comportamientos naturales y ofrecer bienestar a individuos que ya cumplieron su papel en la conservación.
 

El brillo en sus ojos, incluso en la vejez, refleja algo profundo: la resistencia de una especie que se negó a desaparecer.

Gracias a la labor de los cuidadores, veterinarios y voluntarios, los últimos aullidos de muchos lobos no se pierden en el silencio, sino que inspiran nuevas generaciones a seguir protegiéndolos.
 

Fotos por Rubén Martínez
 

Sigue recorriendo la exposición y descubre cómo cada historia, incluso las que llegan al final, forman parte de la recuperación del lobo mexicano.

Sé parte de la manada que protege al lobo mexicano.
Cada fotografía adquirida o donación al Santuario Extinción Cero ayuda a conservar su hábitat y su libertad.

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